UNA VIDA CON ROSTRO HUMANO

Autor de los libros Viva mi gente (2015) y Opiniones de un opinante (2017), el abogado y escritor Enrique Mendoza Díaz es también Máster en Asesoría Jurídica de Empresas por la Universidad de León. En su nuevo libro, Una vida con rostro humano, ha seleccionado los artículos que ha escrito en estos dos últimos años, en los que el hilo conductor de sus lecturas y reflexiones han sido los valores que expresan el título del libro.
Los artículos, breves, abordan temáticas muy variadas, pero en todos ellos el autor presenta excelentes ideas para mejorar la sociedad partiendo siempre del individuo concreto, que es quien debe cambiar y transformar la política y la economía, inquietudes habituales del autor junto con la educación y las transformaciones sociales llevadas a cabo por la tecnología y las redes sociales, que han alterado el mundo de las relaciones humanas y hasta los valores cívicos y morales. También los peligros del rimo de vida actual, que afecta a las relaciones familiares; el olvido de la amabilidad; la caída en la ansiedad y el estrés; la preocupación por las igualdades sociales; la necesidad de trabajar más en equipo…
El autor sabe sacar partido a anécdotas personales, que son en muchos casos el punto de arranque de sus reflexiones generalistas: un viaje, un recuerdo, un comentario, la asistencia a un acto, la lectura de un libro, su vida en León… Con ese punto de partida, el autor, con un agradable tono mesurado, pausado, positivo, analiza de manera crítica la realidad, huyendo de enfrentamientos estériles y de argumentaciones broncas. Siempre, opina, hay que buscar razones para el optimismo.
Mendoza Díaz desarrolla en este libro, desde diferentes puntos de vista, la que para él es su principal declaración de intenciones: “Creo en la esperanza humana de un mundo mejor: en la fuerza creadora de la libertad. Vivimos en un tiempo de redescubrimiento y actualización de verdades. Afortunadamente el hombre no es como un río, que no puede volverse atrás. De ahí la importancia de educar en libertad, enseñando a cada uno a llevar el timón de su vida en la dirección correcta: hacia la felicidad de una vida plena, con la actitud necesaria para orientar su vida al servicio de los demás”.

TROA