UNA VOZ EN LA NOCHE

Una voz en la noche es una novela policíaca cuya trama arranca del robo de la no muy cuantiosa recaudación del día en un supermercado de barrio, para complicarse después con varios asesinatos y suicidios. La acción se inicia el mismo día en que el protagonista, el comisario Salvo Montalbano, cumple cincuenta y ocho años, cifra que le resulta deprimente recordar. Sin embargo, durante la investigación del caso del supermercado demuestra que su mente funciona con la misma sagacidad y eficacia que antes de haberse acercado al final de la cincuentena.
Andrea Camilleri, (Sicilia, 1925) plantea en este relato, publicado en 2012, un asunto criminal sumamente complejo que logra desarrollar con gran habilidad, manteniendo la tensión de intriga hasta el mismo desenlace. Sin que falten los rasgos de humor y las referencias gastronómicas, habituales en las novelas del comisario, en esta ocasión el hilo argumental se centra en las investigaciones estrictamente policiales. Debido a las implicaciones políticas y mafiosas que poco a poco se van poniendo de manifiesto, los pasos que el comisario puede dar, para avanzar en el esclarecimiento de los hechos, exigen grandes dosis de prudencia y habilidad. Cualidades que es preciso acompañar de cierta astucia además de dominar la técnica de decir sólo medias verdades. Dentro de un clima de corrupción y oportunismo, las vidas de los seres humanos pierden su valor y resulta difícil sobrevivir a las asechanzas que surgen, incluso, entre los miembros de un mismo bando delictivo. Con sutil paciencia, el comisario, que es tan siciliano como las personas a las que persigue, logra descubrir sus enredos e incluso recurre, aunque no sin sentir remordimientos, a formas de actuar similares a las que ellos suelen utilizar. Bien escrita, cuidadosa en el trazado de los personajes y ambientes e intensa en el mantenimiento de la incertidumbre acerca del desenlace, la novela se cuenta entre las mejor conseguidas de la serie que Andrea Camilleri ha dedicado a su famoso comisario de Vigatà.

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