EL ARISTÓCRATA

Onderkulhe es un selecto internado para jóvenes de la aristocracia, en el este de Bélgica. Allí pasa su sexto y último año Boëtius von Orlamunde, que arrastra el peso de su decadente familia, la cual lucha por mantener un pomposo título honorífico dentro de su vergonzante miseria. Boëtius es un precoz adolescente que a menudo pasa del entusiasmo vital al hundimiento total. A veces ayuda a los alumnos en clases de equitación o esgrima, saberes que él mismo considera inútiles, pero en los que destaca. El aristócrata es un joven precoz que nos sorprende por la densidad de pensamientos y preguntas existenciales. También capta las mínimas emociones y sentimientos, que transmite al lector de forma cruda y directa. El miedo a la muerte es una obsesión en él, equiparable a la del amor paterno, al que siente lejano. Como él mismo dice: “He sido huérfano mientras mi padre aún vivía”.
En intensos y breves capítulos nos ofrece una descarnada y aguda descripción de un mundo rígido en formas, que se obcecan en vivir en un pasado que se desmorona. Utiliza descripciones minuciosas y detalladas de paisajes y notamos por como conoce y vibra con la anatomía y belleza de caballos, que antes de escribir fue cirujano. La descripción de la doma de un caballo purasangre es épica y la aventura de una excursión al lago es potente e inolvidable.
Vemos un estilo objetivo, realista y moderno. Hace gala de una sensibilidad profunda y aguda: con sólo describir una mirada o un movimiento de la mano, nos hacemos cargo de una traición, cobardía o acto heroico.
El relato puede resultar oscuro y atormentado, pero hay claros indicios de esperanza en esa búsqueda de calor familiar, necesidad de lo divino, valoración de la amistad y lealtad, ansia de lo infinito, etc.
Weiss fue un escritor conocido y apreciado en su tiempo por autores como Kafka, Thomas Mann o Joseph Roth.
Esta novela ganó el prestigioso premio Adalbert Stifter en el año de su publicación original, 1928, y hasta ahora no se había editado en español. El aristócrata está considerada como una de las novelas de formación en lengua alemana más representativas del siglo XX, y es un acierto haberla rescatado.
Gustará a los lectores de Stefan Zweig, Sandor Marai o Thomas Mann.

TROA