EL MAR SIGUE ESPERANDO

Cuento infantil protagonizado por un chico de catorce años, hijo de un pescador. La muerte de su padre y una enfermedad de su madre le obligan a vivir una temporada en la ciudad, donde siente una fuerte nostalgia por el mar. El cuento recibió el Premio Nacional de Literatura Infantil 1982.
El autor se recrea en la descripción de los estados de ánimo del muchacho, con un excelente estilo, poético y muy cuidado, y con un vocabulario quizá demasiado amplio para los lectores a que se dirige. Aunque la acción queda en segundo plano, el relato no deja de interesar gracias a la acertada dosificación de párrafos intimistas, sucesos exteriores y narración de algunos sueños del protagonista. El cuento resulta triste y melancólico, aunque se resuelva bien, ya que el autor dota, además, a su personaje de un corazón generoso que le lleva a saber apreciar la amistad y las cosas buenas aun en un medio que le resulta desconocido. Como único reparo, cabe señalar la ausencia de sentido cristiano en la formación del muchacho, a quien por ello le resulta difícil encajar la muerte de su padre. Como única esperanza, aparece una frase del maestro que resulta inadecuada por no suponer una verdadera respuesta al problema de la muerte: "Hay otros mundos, pero están en éste".

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