LA HISTORIADORA

La extensa trama de esta novela, primera de la autora norteamericana (n.1964), plantea la idea de que Vlad Tepes, conocido como Drácula, un señor feudal que vivió en los Cárpatos en el siglo XV, sigue actuando como muerto-viviente y vampirizando a sus víctimas. Entre éstas se cuentan un profesor de Historia de Oxford y un alumno, a quienes el conde intenta atraer a su círculo dejando en sus mesas de trabajo libros extraños y misteriosos. La obra narra sus esfuerzos para localizar la tumba donde se oculta este maligno ser y destruirlo.
Ambientada en la época de la Guerra Fría, la búsqueda del vampiro se realiza en países de Europa Occidental, en otros situados en el entonces bloque comunista y en Turquía.Estos cambios geográficos y políticos y las continuas referencias al siglo XVI y a la conquista del imperio bizantino por los turcos animan la acción, justificándose por la profesión de historiadores de los protagonistas, que también comparte la narradora, hija de uno de ellos, que es quien escribe tres décadas después de ocurridos los hechos. La inexperiencia novelística de la autora se aprecia en ciertos fallos técnicos a la hora de desarrollar un esquema argumental excesivamente ramificado, con avances y retrocesos temporales no siempre bien resueltos, lo mismo que la coordinación de movimientos de un número de personajes demasiado elevado.Escrita con estilo de construcción gramatical recargada y poco flexible, y lenguaje correcto pero no brillante, la obra no destaca por sus cualidades literarias, pero entretiene y consigue provocar los esperables efectos de miedo sin utilizar recursos sensacionalistas, morbosos o eróticos.

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