LA LLUVIA EN LA MAZMORRA

Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) uno de los dramaturgos españoles más destacados del siglo XX, protagoniza una “tragicomedia criminal”-así llamada por el autor-cuya acción transcurre en Madrid durante los días 24 al 28 de enero de 1930.
La obra de Juan Ramón Biedma, titulada La lluvia en la mazmorra, construida sobre el esquema de una pieza teatral en tres actos divididos a su vez en cuadros, se desarrolla en el marco ambiental de una España agitada por los movimientos sociales que motivaron la caída de la Monarquía y el triunfo de la IIª República. El dictador don Miguel Primo de Rivera (Jerez, 1870-París, 1930) se dispone a presentar su renuncia ante Alfonso XIII quien, según los mentideros madrileños, la aceptará gustosamente. Las habladurías se disparan y los amigos del general presionan al monarca para que confirme en su cargo al discutido político jerezano. En este sentido han redactado unas cartas conminatorias que, para evitar interferencias desean que lleguen directamente a manos del rey. La entrega la realizará durante una función en el Teatro Español a la que asistirá el monarca, la actriz principal cuando acuda a saludar a su Majestad. Las misivas se ocultan en el interior de una lujosa pitillera de plata, obsequio de la empresa al monarca. Cuando la dama se dispone a cumplir su cometido, muere antes de acceder al palco real ante el pasmo del público que contempla incrédulo el trágico episodio. Hechas las pertinentes investigaciones se llega a la conclusión de que la actriz ha sido asesinada, mientras la pitillera en cuestión ha desaparecido sin dejar rastro. Enrique Jardiel Poncela, amigo y admirador de la víctima se dispone a investigar por su cuenta y, con la ayuda de colaboradores improvisados descubre una trama criminal donde participan autoridades corruptas, eclesiásticos y religiosos acusados de viciosos y venales, policías y cómplices del régimen, partidarios de la continuidad del dictador. Los conjurados no reparan en medios violentos para conseguir sus malvados fines y recurren a la fuerza contra el dramaturgo y su equipo que resisten con valor los violentos ataques de los enemigos que atentan contra sus vidas. Se percibe, tanto en la ambientación como en os diálogos la influencia del peculiar estilo disparatado del teatro del absurdo de Enrique Jardiel Poncela, al que el novelista sevillano Juan Ramón Biedma reconoce en su comentario final como uno de los grandes maestros del humor surrealista español.

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