LA MILLA INVISIBLE

El Tour de Francia, la prueba ciclista más dura del mundo, sirve de tema central a la novela La milla invisible del escritor David Coventry (Nueva Zelanda, 1969) basada en las hazañas reales del equipo mixto, australiano y neozelandés, que participó en la carrera disputada en julio de 1928. Con el Tour como telón de fondo, un narrador en primera persona que forma parte del equipo, realiza una crónica de las clásicas etapas en las que los ciclistas recorren la geografía de Francia hasta su llegada final en París. Las agotadoras ascensiones a montañas inaccesibles, las bajadas de riesgo mortal con peligrosas curvas, frío y calor, hambre y sed, se describen con acentos que van desde la elegía heroica y la poesía épica, al lenguaje vulgar de hombres rudos sometidos a un esfuerzo sobrehumano.
Las diferencias y roces entre unos y otros, con ánimo de superar al contrario surgen no solo respecto a los corredores rivales sino también dentro de los compañeros de equipo que luchan sin concesiones para alcanzar la victoria o avanzar puestos en la clasificación general. En las jornadas de pausa, que transcurren sin pena ni gloria en modestos hoteles o parajes solitarios, la fatiga acumulada despierta emociones y sentimientos que parecían olvidados. En esos momentos, algunos de los miembros del equipo austro-neozelandés, combatientes en las trincheras francesas en la Gran Guerra (1914-1918) recuerdan a sus compañeros caídos y el fragor de la batalla regresa como una tragedia que perturba sus ánimos. Mientras el público jalea con sus gritos a los forzados de la carrera, el temor y la angustia se apoderan de sus debilitados ánimos y los recuerdos de pasados fracasos, ocupan las mentes de los diversos personajes que no encuentran el sentido a sus vidas. La acción deriva desde su inicial ambiente deportivo al relato psicológico de tono surrealista que no distingue entre realidad y ficción y acaba por afectar de forma negativa a la capacidad de los ciclistas ante el continuo reto de la carretera. Sueños y fantasías se apoderan de ellos y les sumergen en un mundo de pesadilla cargado de pesimismo existencial. El macabro e inacabado desenlace, recuerda las corrientes de la novela europea del absurdo que predominaron durante la década de los años sesenta del pasado siglo XIX, hoy ya superadas. Las tendencias nihilistas de los protagonistas, descritas con notable fuerza expresiva, reflejan un concepto triste y negativo de la vida que invalida las ilusiones y esperanzas que movieron a los ciclistas a la hora de tomar la salida en la primera etapa de la prueba.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa