LA NUEVA RUSIA

El periodista y productor de medios de comunicación de origen ruso, Peter Pomerantsev (Kiev, Ucrania, 1977) ha realizado en “La nueva Rusia” una extensa crónica donde recoge las experiencias vividas como técnico televisivo de la TNT, una emisora de noticas de Moscú donde trabajó desde 2006 a 2010.
Peter (Piotr, en ruso) no había cumplido un año de vida cuando sus padres abandonaron el país por motivos políticos y se refugiaron primero en la Alemania Occidental, para fijar más tarde su residencia en Londres. Ya adulto, y caído el régimen soviético, se trasladó a Rusia, contratado como guionista y asesor de programas en la cadena televisiva TNT, de Moscú. Aceptó la oferta con la ilusión de colaborar en la puesta en marcha de una sociedad democrática renovada dentro de un Estado de derecho, libre de las estructuras opresoras del comunismo. Tal como refleja en su obra, con el paso del tiempo tuvo ocasión de comprobar que, bajo las apariencias de libertad, respeto a la iniciativa privada y economía de mercado, se ocultaban las fuerzas oscuras de la tiranía, la corrupción y el abuso de poder que acabaron por dominar bajo formas de apertura, el presente y futuro de la sociedad post comunista. Desde los estudios de televisión en los que realizaba sus programas, tuvo ocasión de comprobar cómo los directores se limitaban a trasladar al mundo de la imagen las consignas emanadas desde la cumbre del poder político. En reuniones de alto nivel se trazaban las líneas maestras que deberían seguir las emisoras en sus distintos programas, desde las noticias hasta los “reality show”, entrevistas, tertulias o series de aventuras. Cualquiera que mostrara opiniones contrarias a las oficiales era eliminado, o apartado de modo fulminante de sus funciones. Redes mafiosas se ocupaban, mediante el pago de fuertes sumas, de castigar o amenazar, al margen de la ley a los sectores rebeldes o críticos del sistema. El negocio de la prostitución organizada impartía clases especializadas sobre las técnicas más eficaces para la “caza de millonarios” por vía del sexo. Pomerantsev entrevista a una de estas hermosas mujeres, que se muestra feliz al utilizar sus encantos para acceder a una vida de lujos y placeres a la que no habría llegado por otro medio. Desde el ámbito de la política, resulta sencillo promulgar disposiciones de las que obtener pingües beneficios a costa de personas honradas. Al amparo de leyes injustas, numerosos ciudadanos sufren la amenaza de ser procesados, sancionados y enviados a la cárcel a menos que mediante sobornos logren salir indemnes de los tribunales dirigidos por jueces dóciles a los dictados del gobierno. Los casos prácticos y episodios tomados de la vida real a los que se refiere el autor muestran que los cambios en Rusia no han servido para eliminar los problemas de fondo vinculados a la mentalidad de unas clases dirigentes dispuestas a mantener a toda costa sus privilegios. El dominio efectivo que ejercen las oligarquías poderosas dispuestas a conservar su hegemonía permanece con independencia del régimen vigente, sea el zarismo, el comunismo o la actual pseudo-democracia que encubre, en opinión del autor, la férrea dictadura del incombustible Vladmir Putin. La crudeza y excesivo realismo al describir las diversas formas de prostitución y las condiciones inhumanas en que viven las esclavas sexuales, puede afectar negativamente la sensibilidad del lector.

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