LAS CHICAS DE LA BUENA SUERTE

Las chicas de la buena suerte es la primera novela de Kelly Harms, autora norteamericana que anteriormente se ejercitó como editora y agente literaria.
Janine Brown es una timidísima mujer joven que desde que falleció su prometido no ha hecho otra cosa que cocinar exquisiteces en cantidades desproporcionadas y coser para la tienda donde había encargado su vestido de novia. Su tía-abuela Midge, aficionada a los concursos televisivos, es la única persona a la que da a probar sus platos. Para poner emoción en la vida de Janine, Midge envía los datos de su sobrina a uno de los concursos en el que se sortea una maravillosa casa junto a un acantilado en Maine. La misma idea ha tenido otra Janine Brown, una muchacha con una familia completamente desestructurada y con un novio que la maltrata. Cuando dicen el nombre del ganador en la televisión, esta segunda Janine considera que ha sido la ganadora sin comprobar que efectivamente todos los datos coinciden con ella. Abandona a su novio previo robo de su coche y toma posesión de la casa, hasta que la verdadera ganadora y su tía-abuela intentan una entrada triunfal unos días después a la maravillosa vivienda que han tenido la suerte de ganar.
Con este argumento, el enredo está asegurado. Mentiras, malentendidos, suspicacias y sentido del humor será el común denominador de toda la trama sostenida con las recetas de la mayor de las Janines y la frivolidad de la tía Midge.
Con ciertas dosis de ingenio en los giros argumentales, Kelly Harms busca intentar conmover al lector con unos personajes superficiales y algo esperpénticos, pero que incitan a la ternura. Aunque hay valores positivos sobre la reconciliación, la amistad, la veracidad, etc., el tono empleado por las protagonistas es frívolo, en ocasiones lujurioso, y se da un valor preeminente a las relaciones sexuales de pareja

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