MUERTE ENTRE POETAS

En un cigarral de Toledo, una dama anciana y acaudalada, que preside una Fundación dedicada a honrar la memoria de su difunto marido, poeta rico y mediocre, reúne a una serie de escritores de poesía en un encuentro artístico. A poco de comenzar éste, uno de los más ilustres asistentes aparece muerto, apuñalado, y parece evidente que el asesino no vino de fuera. Otro poeta, detective aficionado, averigua que todos los allí reunidos, incluida la dueña, tenían motivos para desear su muerte.
La obra, finalista del premio Planeta en 2008, trata de conjuntar pretensiones metaliterarias y propósitos comerciales, pero no consigue totalmnete su objetivo. El argumento tiene un planteamiento poco original, un desarrollo lento, inadecuado para un tratamiento detectivesco, y está sobrecargado de erudición en torno al mundo de los investigadores universitarios y críticos. El encadenamiento de las situaciones es algo forzado y el estilo, que también se debate entre lo culto y lo coloquial, es de fácil lectura pero poco espontáneo. En definitiva, es una novela con poco interés, que traza unos tipos humanos vulgares y arribistas y cuya trama se centra en la conducta de un chantajista sin escrúpulos que igual extorsiona a quien tiene un pasado político turbio que a un catedrático corruptor de menores. Las actividades secretas de este último dan lugar a referencias crudas, aunque no muy descriptivas, y lo mismo ocurre con la breve relación del protagonista con otra invitada al cigarral.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa