QUERIDA MATHILDA. NO VEO EL MOMENTO EN QUE EL HOMBRE ECHE A ANDAR

La obra recoge la colaboración semanal publicada durante 1996-1997 por la autora en la revista paulina "Famiglia Cristiana", una de las más difundidas en Italia. Se trata de un diario personal, en forma de cartas dirigidas a una amiga íntima que vive en África, en el que se comentan episodios de la vida cotidiana y se vierten reflexiones sobre el sentido de la existencia en su doble vertiente material y espiritual.
Aunque el libro sea periodístico y no literario, en él se encuentran muchas coincidencias con la producción narrativa de la autora, tanto estilísticas como de planteamientos de fondo. Tamaro escribe desde un rincón de Umbría, en perfecta consonancia con la espiritualidad franciscana, que admira por la sencillez y amor a la naturaleza que le son características. En forma tranquila y afectuosa, explica detalles sobre sus actividades diarias, su familia, sus amigos, sus pensamientos e inquietudes, dirigiéndose a lectores de muy diversos ámbitos y procedencias. Dada esta disparidad de público, emplea palabras comunes y frases gramaticalmente simples, pero, aunque el tratamiento formal sea más leve, las cuestiones planteadas son las que siempre le han preocupado: el sufrimiento de los niños, la amenaza consumista, el peligro de las ideologías esclavizantes, el conflicto entre compromiso y dignidad que muchas veces se produce en la sociedad actual, la pérdida de lo sagrado y la sacralización de lo trivial, etc. Todos estos temas quedan sólo esbozados, por exigencias de espacio, pero se enfocan desde una perspectiva humanista cristiana aunque no confesionalmente católica.

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