APROXIMACIÓN A UNA TEOLOGÍA DE LAS RELIGIONES II

Esta obra, como se afirma en la solapa, busca “un conocimiento histórico-fenomenológico de las religiones dentro de un marco establecido por el Magisterio de la Iglesia”. Se alude también al “papel de Jesucristo como único universal mediador entre Dios y los hombres, y de la Iglesia como su sacramento”. En el prólogo el autor cita un criterio “imprescindible y fundamental” que le ha guiado, “la revelación cristiana según su recepción en la regula fidei ecclesiae”. En el primer capítulo, introductorio a toda la obra, afirma intentar “una aproximación al diálogo interreligioso pero desde una identidad propia de la fe” y, más adelante añade que “quien esperase de este ensayo un deslizamiento hacia un irenismo que suprimiera todo contraste quedaría decepcionado”. En su desarrollo, el autor hace una crítica de algunos teólogos católicos por “habérseles difuminado la unicidad y universalidad de Jesucristo en la cuestión de la salvación” y al teocentrismo pluralista de Hick. Cuando analiza el “cur Deus homo”, de san Anselmo, y tras repasar las posturas de Abelardo, Duns Escoto y santo Tomás de Aquino, concluye –con interesantes matices- que ”el presupuesto de la encarnación no es, consiguientemente, el pecado, sino la adopción, la llamada a ser hijos de Dios”. En la reflexión teológica, sigue afirmando el autor, El Concilio Vaticano II “resulta hoy punto necesario de referencia, junto al ulterior desarrollo magistral”.
En conjunto se puede decir de la obra que el autor dedica espacio y cuidadosa atención tanto a las enseñanzas de los Padres como al Magisterio de la Iglesia. Es muy sensible al peligro de deslizamiento hacia situaciones de irenismo y sincretismo, en este campo teológico. Subraya mucho, a lo largo de su obra, la unicidad y univesalidad de Jesucristo. Cerca del final, saliendo al paso de “las posiciones nebulosas o confusas”, afirma: “sólo la identidad personal de Jesucristo como Hijo Unigénito de Dios constituye un fundamento teológico suficiente para establecer la unidad constitutiva de Jesucristo como salvador universal”. En conjunto es una obra ponderada, equilibrada en sus análisis, con intención y realidad de atenerse a la fe católica, y a las orientaciones en esta materia del Magisterio de la Iglesia.

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