EL ARTE DE MATAR

Una ex-policía, experta en temas de arte, está escribiendo un libro sobre el grupo de pintores que, en los años 1940-1950, crearon la que llamaron escuela de Nueva York. Cierto día, un cuadro de uno de los miembros de esa escuela aparece totalmente rasgado, y poco después a la destrucción de otros lienzos similares le acompaña el asesinato de sus actuales dueños. En cada caso, a estos hechos le precede la llegada, a mano de los propietarios, de una pequeña pintura acrílica del mismo estilo donde se contienen pistas que indican cuál será la próxima obra pictórica destrozada.
El autor, reconocido pintor neoyorquino que cuenta con obras en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en el Instituto de Arte Contemporáneo de Tokio, centra el argumento en la interpretación de las pistas aportadas por el asesino y, para que el lector participe en ella, las reproduce en el libro. El ritmo de la acción es pausado, con mucho diálogo y bastantes personajes, pero se van incorporando nuevos hechos criminales a tiempo para que el interés no decaiga. El estilo está cuidado dentro de lo posible y los protagonistas, aunque no se profundice en ellos, se caracterizan de forma aceptable. El tono general de la obra es discreto, aunque en un par de ocasiones se insertan escenas sexuales brevemente descriptivas.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa