EL CRISANTEMO Y LA ESPADA

Estudio antropológico acerca de las normas de comportamiento y valores de la sociedad japonesa. Fue realizado a finales de la Segunda Guerra Mundial con el fin de hacer comprensibles al ejército y al pueblo norteamericanos las, para ellos, sorprendentes reacciones del enemigo.
Benedict utilizó para este trabajo algunas técnicas de antropología cultural, teniendo que prescindir de la más importante: el estudio directo sobre el terreno. A lo largo de la lectura del libro se va desprendiendo el método de investigación empleado, así como un contínuo contraste entre las dos mentalidades enfrentadas en el Pacífico. Debido a los años transcurridos desde la publicación de la obra, su utilidad reside en la explicación de las constantes temperamentales, culturales, etc., del pueblo japonés, resultantes del poso que ha ido dejando su historia; carece, sin embargo, de actualidad en cuanto a la sociedad japonesa de hoy, puesto que una de esas constantes es la facilidad de este pueblo para adaptarse a nuevas situaciones. La autora presenta las coordenadas vitales que impulsaban la actividad cotidiana de los japoneses. Destaca la idea de jerarquía y orden social, que culmina en la veneración hacia el emperador; su interés por lo personal y cercano y su ética extremadamente situacional, que les da una especial habilidad para canalizar sus energías por otro camino, olvidando su fracaso, aunque éste sea la pérdida de una guerra. La autora presenta su análisis a través del prisma del investigador, prescindiendo de valoraciones; sólo al comparar ambas culturas surge la autocrítica.

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