EL VERANO QUE EMPIEZA

En el imaginario pueblo de la costa catalana de Sorrals, se inicia el relato en 1961 con el embarazo simultáneo de dos amigas de la infancia, Elvira y Roser. Poco después nacen Andreu Balart y Julia Reig. Sigue la vida, llegan más hijos, y como siempre, los Balart y los Reig celebran la tradicional noche de San Juan al inicio del verano. En 1976, un trágico accidente trunca la felicidad de las dos familias. Pasan los años y Andreu y Julia siguen sus propios caminos. Encuentros y desencuentros, rencillas, crisis, enfermedades, muerte y amor surcan la trayectoria de los personajes de esta saga. Con el correr del tiempo, Julia y Andreu son víctimas del engaño de sus respectivos cónyuges y, poco a poco, recuperan su antigua amistad que era en realidad un amor mutuo que no supieron reconocer en su momento.
Novela bastante bien escrita, con prosa elegante teñida de un toque de nostalgia, que retrata a una familia corriente con sus penas y alegrías, dramas y fracasos y cuyo peculiar punto de inflexión es la celebración de la noche de San Juan con la que comienza el verano. La autora juega mucho con las emociones, construyendo un relato de personas creíbles, cuyos sentimientos dibuja correctamente, en una trama que incluye las relaciones extramatrimoniales y las segundas oportunidades. Un aire muy mediterráneo y colorista junto con un tono positivo impregna el relato e invita a sus personajes a recomenzar, a pesar de los reveses de la vida. Soler indaga con fina observación en la fragilidad de la vida, la amistad, el amor y los lazos familiares. El libro es ameno y su lectura resulta agradable.
Silvia Soler (Figueres, 1961) es periodista y colaboradora en medios de comunicación. Con esta novela ha ganado el Premio Ramón Llull 2013.

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