LA GUÍA DE CHARLIE JOE JACKSON PARA NO LEER

El protagonista de esta historia es un alumno de enseñanza secundaria, firmemente dispuesto a pasar el curso sin leer. Durante todo el año dedica grandes esfuerzos a conseguir que otros lean para él los libros relacionados con deberes de clase que habrá de presentar. Tras un fin de curso con mucho éxito, uno de los implicados en el fraude lo confiesa por lo que se hace merecedor de una sanción ejemplar. En el colegio y en presencia de sus padres, se le impone como castigo escribir un libro durante las vacaciones de verano. La obra, redactada en tono humorístico, es un intento de lograr que los reacios a la lectura se animen al menos, a prestar atención a este relato que muestra los inconvenientes de rechazar el valor de los libros. Las aventuras, sobre todo desventuras, del protagonista prueban que la resistencia a la lectura provoca una cadena de problemas absurdos, que no compensan la actitud de negarse a la consulta del libro. Así los consejos para no leer, intercalados en la acción, a final de algunos capítulos, encierran el mensaje contrario, al poner de manifiesto con ingenio la cerrazón mental de los que se niegan a leer por principio. La parodia crítica de esa actitud es amable y bienhumorada pese a ciertas exageraciones caricaturescas. El autor, aunque no lograra convencer a los niños que, como el autor afirma de sus propios hijos, "prefieren ir al dentista antes que sentarse a leer", al menos consigue que los aficionados a la lectura, se diviertan con esta sencilla y amena historia, acompañada de simpáticas ilustraciones tipo viñeta.

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