LA MUJER DE WAKEFIELD

En la segunda década del siglo XIX, un matrimonio londinense lleva una vida formal, en la que cada uno respeta la conducta del cónyuge. Un día, el marido avisa de que sale de viaje dos horas más tarde, sin decir cuál es su destino ni cuándo volverá. Veinte años después, regresa, sin explicaciones, y sin haber hecho más que llevar una vida furtiva en una calle contigua a la de su casa.
En esta novela quizá haya una alusión al Wakefield de Hawthorne, pero sin mayores aciertos literarios ni psicológicos. Aunque el tema, que en el fondo es realista, podría haber puesto de manifiesto una evolución interior de la mujer, aquí la verdadera protagonista de la novela, todo queda esbozado y sin fuerza. No se puede hablar de sutileza, sino de debilidad en el trazado de conductas y sentimientos. Una segunda historia, enlazada forzadamente con la principal, adolece de lo mismo. El estilo, con elementos innecesarios y numerosos interrogantes que quedan contestados enseguida, resulta lento.

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