LA TIERRA DIVIDIDA

La España de mediados del siglo IX sirve de marco ambiental a una extensa novela de aventuras en cuya trama las rivalidades entre los reyes cristianos, la guerra contra los musulmanes y las incursiones de las naves vikingas alternan con los afanes y luchas de personajes tomados de la historia real.
Mientras, Ordoño I trata de extender las fronteras de su reino de Asturias hacia el Este con la ayuda de García Iñiguez en Navarra, los musulmanes se oponen desde Zaragoza a esa la alianza que dejaría el norte de la Península bajo dominio cristiano. En esos mismos años (858-859) una poderosa flota de piratas vikingos ataca indiscriminadamente a musulmanes y cristianos, en busca de botín y de esclavos. La acción se desarrolla en varios planos separados que vienen a coincidir cuando moros y cristianos libran feroz combate en las proximidades de Pamplona mientras los vikingos cobran el rescate por los raptados hijos de García Íñiguez. Los distintos episodios convergen en torno a los esfuerzos del fraile Fortunio por cerrar el acuerdo entre los reinos de Asturias y Navarra, para lograr el triunfo de las tropas cristianas. Los hechos y personajes responden en líneas generales a la veracidad histórica y el autor suple con imaginación y buen conocimiento de las costumbres de la época, la falta de datos sobre algunos de los acontecimientos mencionados. Tanto las descripciones de ambientes y paisajes como los diálogos que reflejan la mentalidad de la España medieval, muestran una cuidada elaboración que permite la lectura fluida y mantienen el interés de los diversos relatos que se suceden alternados. La violencia y realismo de las escenas bélicas pueden resultar excesivamente crudas para la sensibilidad de algunos sectores de público.

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