LAS HIJAS DE HANNA

La vida de tres mujeres, abuela, madre e hija, permite en esta novela reflejar la evolución de la sociedad sueca a lo largo del siglo XX, en especial en lo que a la condición femenina se refiere. La acción se inicia a finales del siglo XIX en una zona rural fronteriza con Noruega, para trasladarse luego al ámbito urbano.
Narrada a modo de saga familiar, la obra enmarca la descripción de las tres protagonistas en su recorrido existencial. Desde las duras condiciones en que vivió Hanna al cómodo desahogo económico de su nieta Anna y a la independencia personal y laboral de sus dos biznietas hay una inmensa distancia hecha de pequeños, penosos y también desconcertantes avances, cuyo discurso ocupa el centro del desarrollo argumental. La autora muestra una técnica novelística competente y eficaz, a base de estilo sencillo, personajes trazados con rasgos claros y convincentes, relaciones humanas espontáneas y situaciones donde existe el sentimiento pero no los excesos sentimentales. Sin ser brillante ni muy profunda, la obra plantea la necesidad del retorno a los orígenes para entender la vida actual, en unos términos que conducen a una lectura entretenida.
Los conflictos políticos y sociales se mencionan de un modo deliberadamente difuso. La actitud moral de los personajes y su sentido religioso, cada vez más tibio al paso de las generaciones, responde a un enfoque típicamente luterano, del que no se hace apología. Se presuponen el divorcio y la unión libre, mientras que se rechaza el adulterio y se vacila ante el aborto, todo ello en un contexto de discreción formal.

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