LOS INCOMPRENDIDOS

Los incomprendidos, nueva novela de Pedro Simón, (Madrid, 1971) es una historia familiar protagonizada por un matrimonio de clase media, Pedro y Celia. Él trabaja en una editorial y ella en un hospital. Tienen dos hijos, Roberto, aun en la infancia e Inés, preadolescente y problemática en ocasiones. La situación económica mejora y se trasladan de Carabanchel a Boadilla del Monte. El ambiente familiar es aparentemente normal a pesar de los típicos problemas domésticos y las reacciones de Inés en plena adolescencia. Todo cambia en una excursión a los Pirineos en la que tiene lugar una tragedia que cambia radicalmente la situación así como el modo de vivir y de hablarse entre ellos. A partir de ahí y, lentamente, afloran verdades que nunca se dijeron ya que estaban sepultadas por el silencio, secretos familiares bien guardados. Verdades que cuesta aceptar pero que solo la sinceridad es capaz de curar. La trama se centra en temas muy interesantes como son la incomunicación entre padres e hijos o la soledad, aun en una atmósfera grata pero donde falta claridad. La novela está relatada a través de dos voces, la de Javier y la de Inés, y está escrita con impecable estilo. El autor emplea una técnica narrativa eficaz que impregna la prosa de expresivos silencios y construye unos personajes totalmente convincentes cuyos sentimientos y problemas son reales y creíbles. El amor, los secretos que se ocultan, la protección a los hijos, las dificultades de la adolescencia, y sobre todo la culpa, afloran en estas páginas ya que algunos de sus protagonistas se sienten culpables pero no acaban de sincerarse. Solo al final se desvela la verdad de lo ocurrido en el pasado, una verdad oscura que muestra una dura subtrama de abuso en un contexto de ambientes degradados que el autor trata con realismo pero con cierta elegancia a pesar de su crudeza. Los incomprendidos es una novela en la que la esperanza aletea de principio a fin y que es un factor dominante frente al dolor y Pedro Simón pone empeño en mostrar que siempre hay una salida. Literariamente magnífica.

TROA