LOS VIEJOS AMIGOS

Los viejos amigos es un relato juvenil. Unos estudiantes de Bellas Artes viajan a París para visitar una exposición de cuadros de Gauguin. Un viaje de pocos días que será el comienzo de una amistad que perdurará cuando cada uno tome un camino en la vida. Les une su vocación artística, en la que solo Marc consigue triunfar. Ante la dificultad de abrirse camino económicamente en el mundo del arte, tienen que aprovechar otras posibilidades más rentables que se les presentan. Las vidas de los cincos amigos -Mateu, Ada, Marc, Lidia y Santi- siguen su rumbo; vuelven a coincidir en algunos momentos, hasta llegar al encuentro final que da lugar al trágico desenlace.
La luz de la amistad, quizá la mejor luz de la trama, seguirá encendida cuando ya los protagonistas se han hecho mayores. Pero el relato denota falta de principios y exceso de permisivismo.
La escritora catalana Silvia Soler (Figueres, 1961), escribe con prosa directa y realista, a ras de la vida cotidiana de los protagonistas. Utiliza su vocabulario y forma de expresarse. Un realismo cotidiano que nos recuerda al modo de narrar de Rododera en su magistral “La plaza del diamante”. Hace aflorar sentimientos, anhelos, dudas y también su concepción de la vida. La trama tiene ritmo, pero quizá le falta un mayor calado en los protagonistas y en su modo de concebir la existencia, que resume en un Epílogo que podría ser más profundo.

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