MIL CIGUEÑAS NEGRAS

Miroslav Penkov es un escritor búlgaro que vive en Estados Unidos donde da clases de Escritura Creativa en la Universidad del Norte de Texas y se ha consagrado como escritor afamado con varios premios en su haber. Su primera novela es Mil cigüeñas negra, interesante obra que ofrece diversas capas narrativas y planos temporales.
El protagonista y narrador es un joven estudiante norteamericano que regresa a Bulgaria donde nació con el propósito de localizar a su abuelo y conocer los motivos por los que se desconectó de la familia. Los pistas que recibe le conducen a un lugar llamado Stork Mountain, pueblo ficticio cercano a Grecia y fronterizo con Turquía, dividido en dos aldeas, una cristiana y otra musulmana donde las cigüeñas vuelan en grandes bandadas y anidan en robles gigantes. Un sitio donde es costumbre que en primavera hombres y mujeres llamados “nidis” bailen descalzos sobre brasas ardiendo, actividad de gran fuerza simbólica.
Allí encuentra a su abuelo quien le ilustra acerca de su país y de numerosos asuntos familiares, línea narrativa que se alterna con el amor del protagonista con una joven musulmana.
Penkov construye una original trama en la que inserta fragmentos de la mitología o el folklore búlgaro, tanto reales como ficticios, y teje leyendas con hechos históricos, costumbres rituales y personajes ancestrales, todo en el escenario de las Stork Mountain donde transcurrió su infancia. El nacionalismo, la religión, el paganismo y las tradiciones, algunas de ellas cruentas, salpican el relato con el telón de fondo de la presión ejercida por el comunismo hacia su familia y, especialmente, contra la población musulmana, comunismo que su autor describe como una hidra con siete cabezas y cuyo régimen cayó en Bulgaria cuando él tenía ocho años.
Mil cigüeñas negras retrocede y avanza en el tiempo a modo de puzle autobiográfico y alegórico que muestra como el pasado influye en el presente de nuestras vidas cuyas raíces no se olvidan. Una ambiciosa novela escrita con vigor en la que hay que descubrir entre líneas los mensajes que Penkov quiere transmitir.

Reyes Cáceres