SABOR A CANELA

Hija de una cantante y de un pianista, la protagonista de esta novela, nacida en Ginebra en 1963, desde su primera niñez canta y toca el piano y el violoncello, pero aspira a ser directora de orquesta, siendo éste un puesto reservado por tradición a artistas masculinos. Toda su carrera es una lucha para superar esa exclusividad, sin que llegue a obtener en el empeño más que éxitos parciales.
Carmona (Málaga, 1963), director de orquesta además de escritor, escribe a base de capítulos breves, algunos sólo de una línea. La obra tiene un buen arranque, interesante y prometedor, pero se estanca a mitad del nudo narrativo y se detiene sin llegar a un auténtico desenlace. La protagonista resulta convincente al principio, pero después el eje narrativo se diluye entre sus aventuras amorosas y la búsqueda de su madre, a quien no ha visto desde que se divorció de su padre cuando ella tenía seis años.Si en lo profesional la trama se sostiene, en lo personal deriva hacia el melodrama, a base de amoríos extraconyugales, matrimonio sin amor, divorcio, atentado terrorista, accidente ferroviario y descubrimiento de un medio hermano retrasado mental, elementos cuyo barroquismo efectista es disonante en alguien que supuestamente vive sobre todo para el arte. A falta de una personalidad novelística cuajada, el autor no logra conducir la acción con seguridad, sino que ésta va a la deriva, apoyada en apelaciones a la igualdad profesional de género y a un feminismo orientado sobre todo a la liberación sexual.

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