SL
        
        
          A FONDO
        
        
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          TROA
        
        
          ticos, ataques biliosos y decoloración de la piel. Sin
        
        
          embargo,  KatherineWhite, especialista en la enfermedad
        
        
          de Addison, sentenció en el año 2009 que la escritora no
        
        
          murió de esa enfermedad y que probablemente lo hizo a
        
        
          causa de una  tuberculosis bovina, que podría haber
        
        
          contraído por beber leche no pasteurizada. También hay
        
        
          quien defiende que la muerte se debió a un linfoma.
        
        
          Pero entre las teorías más llamativas destaca la formulada
        
        
          por la escritora británica de novelas policíacas Lindsay
        
        
          Ashford, quien, en una entrevista con el periódico “The
        
        
          Guardian”en 2011 aseguró que los síntomas descritos por
        
        
          la autora en una carta que escribió meses antes de morir
        
        
          a los 41 años, "no dejan lugar a dudas".
        
        
          En sus cartas, Austen explicaba: "Me encuentro considera-
        
        
          blemente mejor ahora y estoy recuperando mi aspecto
        
        
          un poco, que ha sidomuy malo, blanco y negro y de todos
        
        
          los colores equivocados". Tras leer esta frase, Ashford
        
        
          afirmó que enseguida se dio cuenta de que esos síntomas
        
        
          coincidían con los del envenenamiento con arsénico, que
        
        
          puede causar manchas en la piel que van de marrón a
        
        
          negro mientras otras partes se vuelven blancas.
        
        
          En su última novela,
        
        
          La misteriosa muerte de la señorita
        
        
          Austen
        
        
          , publicada en Gran Bretaña a finales de 2011, se
        
        
          contempla la posibilidad de que este envenenamiento no
        
        
          fuera casual sino intencionado. "A principios del siglo XIX
        
        
          muchas personas utilizaban el arsénico como arma en los
        
        
          asesinatos", declaró. A pesar de esto Ashford comprende
        
        
          que no todos crean esta hipótesis y que incluso algunos,
        
        
          como Janet Todd -editora general de la edición de Cam-
        
        
          bridge de Jane Austen-, que considera "totalmente
        
        
          inverosímil esta opción", "se sientan ultrajados por la
        
        
          idea".
        
        
          En Chawton fue donde escribió y corrigió sus
        
        
          seis novelas, empezando por revisar el manus-
        
        
          crito de Sentido y sensibilidad, que fue acepta-
        
        
          da por un editor en 1811. La novela se publicó
        
        
          de forma anónima bajo el epígrafe: “By a lady”.