OSTENDE

Novela cuya trama reconstruye, por vía de ficción, los detalles del transcurso de unos días de vacaciones que en la realidad reunieron enjulio de 1936 en la playa belga de Ostende, a orillas del mar del Norte, a dos grandes escritores de lengua alemana, Joseph Roth y Stefan Zweig.
Volker Weidermann (Alemania, 1969) recrea el ambiente de la ciudad que presta su nombre al título del volumen, por entonces una elegante localidad veraniega centroeuropea. En ella coincidieron, además de los autores mencionados o un grupo de figuras representativas del mundo de la cultura y la prensa, en su mayor parte de origen judío, famosos en la década de 1930. La amenaza de guerra, más cercana al estallar la de España, planea sobre lo que pretendía ser un grato y alegre periodo de descanso. Lo mismo ocurre con las noticias llegadas de Alemania y Austria respecto a la prohibición de publicar y vender libros escritos por judíos. En este entorno se narran las relaciones entre los dos personajes centrales y las de Roth con Irmgard Keun, escritora alemana, no judía, a la que conoció entonces y fue su compañera durante los últimos años de su vida. Las conversaciones sobre política y literatura y los problemas de Roth con el alcohol, del que trataba apartarle sin éxito su amigo Zweig, centran la problemática de los personajes principales, junto con el continuo trasvase de fondos desde los bolsillos del más rico y famoso de los dos a los del más pobre y bohemio. El autor, filólogo y jefe del suplemento cultural del Frankfurter Allgemeine Zeitung, demuestra conocer bien la época a la que se refiere y la producción de los escritores mencionados, aunque sobre ella deslice alguna inexactitud argumental. Su aportación a ambas temáticas es interesante, aunque más literaria que científica, y está escrita con un estilo clásico, de notable poder evocador. La obra no presenta nuevas perspectivas de carácter crítico aunque sí ofrece una visión humana de los protagonistas veraz y respetuosa y de la amistad que les unió, dentro de un clima desenfadado pero también tenso, premonitorio de los dramáticos tiempos venideros.

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