LA MITAD DE MI VIDA

Augusto Granados (Madrid 1962), es economista y gran aficionado a la literatura y a la historia. Durante el periodo de confinamiento por el COVID-19, lejos de impedirle un trabajo fructífero, le ha empujado a desarrollar su habilidad para narrar escribiendo su primera novela y que quiere ser, según declara el autor, una puerta que dé paso a otras posteriores.
Apoyado en el personaje de Nicolás Echevarría “Chiqui”, un antepasado del autor, y recopilando historias familiares que en torno a él le han venido contando sus más allegados, Augusto Granados se adentra a lo largo de todo el siglo XIX con sus complicaciones políticas, sociales y económicas en España y Latinoamérica.
Nacido a finales de 1801 en un pueblo de Navarra, Nicolás no tardará en conocer la dureza de la vida en un pueblo de ganaderos y agricultores. De naturaleza despierta, pronto se encargará de los rebaños de ovejas de su padre desplazándose con gran habilidad por los senderos y riscos de la comarca. Muerta la madre al poco de nacer él, sería su abuela la encargada de educarle y darle el cariño materno que precisaba; pero son los años de la invasión francesa y el niño tiene que contemplar los abusos a su pueblo y la muerte de su abuela y de su padre a manos de los invasores. Aunque tan solo con nueve años, no dudará en echarse al monte junto a los guerrilleros navarros quienes lo aceptan con agrado por su habilidad de moverse con sigilo pasando a ser el mejor de sus espías. De Navarra pasará a Madrid para eludir a sus perseguidores y seguir ayudando a la instauración de la monarquía. Pero tras la decepción que supuso la vuelta de Fernando VII al trono y puesta en precio su cabeza, Nicolás se trasladará a Argentina junto al capitán Mina para ayudar a la liberación de las colonias Latinoamericanas. Allí entrará a formar parte de la Logia Lautaro y tras años de servicio como espía y de correo entre los revolucionarios a lomos de briosos caballos, frisando los cuarenta y rico, se casará con una joven de tan solo catorce años con la que se trasladará finalmente a Madrid. Ya anciano y con una salud debilitada, decide contar su historia a sus nietas mientras en la penumbra de la alcoba le escuchan sus hijos sorprendidos.
Es plausible la intención del autor por contar la Historia del siglo XIX acercándola al lector de manera amena a través de la vida del protagonista.

Encarnita Herraiz