HISTORIA MÍNIMA DE LA BIBLIA

Julio Trebolle, filólogo y experto en el texto bíblico, recoge en esta “historia mínima” lo que la filología científica arroja sobre el llamado “libro de los libros”. Lo hace, ciertamente, desde un punto de vista histórico, pero al que lee este libro con la mirada de fe no puede pasarle desapercibido que en la crónica de la transmisión hay muchas “casualidades”. Además, si desde un punto de vista histórico y cultural la Biblia se ha convertido en una referencia ineludible es porque se ha venerado como palabra de Dios. De otro modo, no se entendería ni su prestigio ni su conservación.
Trebolle nos adentra en las diferencias entre la Biblia cristiana y el Tanaj hebreo; recuerda muchos pasajes tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo, ofrece información sobre las teorías acerca de la composición y de las formas y sucintamente revisa las fuentes. Aunque con ello transmite lecciones que cualquier creyente debería conocer, es muy interesante, además, la parte en la que se refiere a las versiones. Sabemos, así, que hay una Vetus latina anterior a la traducción de San Jerónimo y las diferencias entre los libros canónicos que una religión y otra aceptan.
En el caso de los Evangelios, Trebolle explica por qué hay distinciones entre los sinópticos y el de Juan. Asimismo, sostiene que los primeros cristianos tuvieron que luchar contra aquellas herejías y corrientes que pretendían desligar el cristianismo de la revelación en el Sinaí. El cristianismo se ha considerado una religión heredera del judaísmo y sin atender a ello sería poco comprensible la aceptación de la Biblia.
Frente a la cultura de la cancelación y como alternativa a esa manera de leer el pasado con las anteojeras de hoy, Trebolle sitúa la literatura bíblica en el contexto adecuado. El judaísmo se convirtió en la religión del libro porque su identidad se mantuvo gracias al texto durante la diáspora. Hay una parte final en la que se resumen la influencia de la Biblia en el arte, el cine y la literatura.
El libro de Trebolle es una buena introducción: para los creyentes, porque, aunque está escrito desde una perspectiva ajena a la fe, ayuda a explicar el contexto y la formación del canon y para los que no creen porque apunta las razones por las que la lectura de la Biblia es inexcusable. Un buen ensayo que ofrece un estudio riguroso sobre la misteriosa historia del libro más leído del mundo.

TROA