LA COMPOSITORA

Emma Ros utiliza dos ambientes para recrear su novela La Compositora. La guerra de Sucesión española en el segundo decenio del siglo XVIII y la rigidez de la alta sociedad de la Nueva España, de donde son originarios los protagonistas, enmarcan la obra. Álvaro y Gabriela, hermanos mellizos y huérfanos desde muy niños se verán obligados a pasar de las caricias envueltas en música en su hacienda natal a la severa educación de su tío Diego. Con un don natural para la música, Gabriela solo podrá acceder a ella a escondidas hasta lograr casarse con el hijo del Virrey en aquella colonia. Pero la fatalidad seguirá acompañando su vida junto a la de su hermano. La repentina muerte de su esposo y unos negocios ilícitos de Álvaro obligan a huir a ambos hasta Barcelona donde les esperan sus padrinos, el anciano Eusebi y su esposa. Amantes ellos también de la música como lo habían sido los padres de los dos jóvenes, no frenan sus impulsos de tocar y componer, pero lo que parecía presentarse como una carrera y una vida prometedora volverá a verse truncada por la inminente guerra entre los partidarios de Felipe V y los de Carlos de Habsburgo.
A lo largo de la trama la autora intenta mantener la tensión ideando conspiraciones políticas, intrigas amorosas, deslealtades y sospechas sobre los personajes implicados que no se resuelven con soltura, faltando en muchos de los casos continuidad. Las posibles expectativas que pudiera despertar en el lector se vuelven falsas cuando se interrumpe bruscamente la actuación de alguno de ellos o se siembra ligeramente la duda sobre la moralidad de sus actos, siempre guardando la buena intención de Emma Ros para contextualizar correctamente la novela en la situación política, social y cultural de la época.

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