PAN DE JENGIBRE

La joven escritora británica Helen Oyeyemi, nacida en Nigeria, comenzó su carrera literaria a los 20 años, y ha publicado novelas y relatos. En Pan de jengibre da muestras de una prosa muy cuidada, en la que mezcla realidad y mundo de ficción.
Harriet es profesora, y su hija Perdita, adolescente, sufre una fuerte crisis por la inseguridad de desconocer los antecedentes de su familia. Su madre hace un pan de jengibre de sabor especial, que come, amasa y regala quizás de forma excesiva.
Perdita pasa unos días de ingreso hospitalario y cuando regresa a casa, en un largo diálogo Harriet le cuenta de dónde proceden -un país probablemente imaginario-, cómo llegaron a Inglaterra y quién es Gretel, una amiga que Harriet tiene muy presente. En la larga conversación, que ocupa más de la mitad de la novela, intervienen las muñecas de Perdita, dando un toque de sentido común.
La narración de Harriet se remonta a la generación anterior, a sus padres que se entendían regular, la creación por su madre, Margot, de la fórmula del pan de jengibre. Y el futuro que esperaba a todas las niñas del pueblo.
Gretel hace que salgan de allí, de ese país imaginario un grupo de niñas, que se instalan en Inglaterra, en casa y al servicio de una extensa familia, que las emplean para sus negocios. Uno de sus miembros es el padre de Perdita.
La novela presenta esa mezcla de realidad, a veces muy real y contemporánea, con excursiones a la fantasía.
De gran calidad literaria, es una novela para lectores minoritarios, aunque la historia “atrapa”.

Carmen Trigo