SALIR A ROBAR CABALLOS

Un hombre de 67 años, que vive solo en una cabaña, reflexiona sobre su edad, su soledad, sus condiciones de vida sencillas, y comienza a rememorar su adolescencia. Recuerda el día en que fue a robar caballos con un amigo que tenía dos hermanos gemelos pequeños, uno de los cuales cogió su escopeta y mató accidentalmente al otro. Continúa narrando su despertar adolescente a la atracción física por las mujeres y cómo descubre que su padre mantiene relaciones sexuales con la madre de los gemelos. El ritmo de la novela resulta extremadamente lento y se desenvuelve en un entorno de vida rural en el que se detalla cada movimiento al cortar leña, al trasladarla por el río. Cuando el protagonista recuerda su adolescencia el relato crece en fuerza y en sugerencias, y se pueden comenzar a adivinar los terribles sucesos que transformaron unas vidas aparentemente sosegadas en algo parecido al infierno. La temática, y el modo de afrontarla no es original: el adulto que hace balance de su vida y muestra aquello que le hizo descubrir la fuerza del sexo y perder la confianza en su padre, que siempre está fuera y es casi un extraño para su hijo, con el que mantiene una relación amistosa, aunque nunca llega a ser de verdadera confianza.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa